Jorge Hernando Basante, un teso por el ambiente comprometido con el cuidado de la Casa Común

Con una vida dedicada al campo y una convicción profunda por la retribución a la naturaleza, Jorge Hernando Basante, un 'teso por el ambiente', busca construir un legado de respeto y cuidado hacia el entorno natural.

Originario de Túquerres, Nariño, y residente en el Valle del Cauca desde los 14 años, Jorge ha trabajado en diversas iniciativas de impacto ambiental, destacando especialmente su labor en la comunidad de El Saladito. Su trayectoria como presidente de la Junta Administradora Local le ha permitido involucrarse en proyectos esenciales para el bienestar y la sostenibilidad de su comunidad. “Yo pienso que es por el momento que estamos viviendo, por el calentamiento global, por todo lo que está pasando. Es que yo pienso que nosotros estamos destruyendo el planeta. Nosotros somos los culpables”, reflexionó, demostrando una postura crítica y consciente frente al estado actual del medio ambiente.

Entre los proyectos que Jorge ha liderado destaca la reforestación de dos quebradas en El Saladito, una iniciativa que no solo busca preservar el agua sino también devolver a la naturaleza lo que le pertenece. “Si uno reforesta las playas de la quebrada, no va a faltar agua”, comentó, subrayando la importancia de especies nativas como la guadua amarilla, que contribuyen a la retención de agua en épocas de sequía y fortalecen los ecosistemas locales. Para Jorge, esta labor tiene un significado más allá del impacto ecológico, es una “retribución a la naturaleza”.

Cabe anotar que Jorge se ha preocupado por sembrar conciencia ambiental en las nuevas generaciones. Según él, el camino hacia un planeta más saludable y habitable radica en la educación ambiental temprana. “Debemos enseñarles  a los niños desde kínder lo que necesitamos de la naturaleza, de cuidar el agua, de reforestar, sembrar un árbol”, expresó. Su anhelo de un mundo en el que los niños y jóvenes comprendan la importancia de cuidar el entorno refleja su visión a largo plazo y su deseo de que su trabajo perdure.

Jorge ha emprendido también un proyecto de lombricultura, en el que junto a otros habitantes de El Saladito, ha establecido lombricarios comunitarios. Este sistema permite reciclar los desechos orgánicos para convertirlos en compost, el cual es posteriormente utilizado para enriquecer el suelo de las montañas cercanas. “Estamos devolviendo un poquito a la naturaleza de lo que le hemos quitado”, señaló con emoción. Para Jorge, estos proyectos no solo restauran el suelo y mejoran la calidad del agua, sino que representan un compromiso inquebrantable con el cuidado de la casa común.

Como parte del Diplomado en Educación y Gestión Ambiental de la Estrategia Tesos por el Ambiente de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca y la Javeriana Cali, y gracias a la iniciativa de Yurani López, otra tesa por el ambiente, Jorge se ha interesdo en el uso de algas marinas para capturar dióxido de carbono y reducir el impacto ambiental. “Las algas capturan más carbono que los mismos árboles. A partir de los siete días ya comienzan a atrapar carbono, y a los 14 o 20 días están en su máxima capacidad de absorber dióxido de carbono”, explicó, emocionado por la posibilidad de contribuir de manera innovadora al medio ambiente.

Jorge es un verdadero ejemplo de compromiso y acción. Desde su experiencia en el campo hasta su aprendizaje en el diplomado, ha sabido integrar conocimientos, proyectos y esfuerzos en una sola misión: proteger el planeta y motivar a su comunidad para que haga lo mismo. Que su legado, que él sueña sea un bosque que se convierta en símbolo de cuidado y retribución a la naturaleza, sea una inspiración para todos aquellos que buscan un futuro más verde y sostenible.